¿Por qué adopté un estilo de vida minimalista?

El minimalismo llegó en el momento idóneo: No sabía nunca qué ponerme a pesar de acumular prendas durante más de 10 años, era difícil mantener el espacio ordenado, había mucho ruido visual, no utilizaba muchas cosas que compraba… . El estilo de vida minimalista parecía que era justo lo que necesitaba.

¿Qué es el minimalismo y en qué consiste?

El minimalismo es reducir algo a lo esencial, eliminando los elementos que sean de menor utilidad.   

¿Qué es el estilo de vida minimalista?

Es un estilo de vida que consiste en eliminar aquellos elementos de nuestra vida que no consideremos prioritarios y quedarnos sólo con lo esencial, con tal simplificar nuestra vida.  

El estilo de vida minimalista no sólo implica reducir nuestras posesiones, sino también aplicar esta filosofía a otros aspectos personales como nuestro trabajo, relaciones sociales, pensamientos o nuestro tiempo libre.

¿Qué es ser minimalista?

Ser minimalista es vivir con lo que (cada uno) considere necesario y esencial y evitar lo superfluo.

Mi experiencia personal: ¿Por qué adopté un estilo de vida minimalista?

Hace unos cuatro o cinco años, me encontraba en un punto de vida en que necesita un cambio, pero no sabía por dónde empezar.

1. Acumulación

Me encantaba comprar ropa y accesorios… y cuánto más raros y extravagantes fueran mejor. Aunque en el fondo sabía que no me atrevería a salir con ellos. Era una especie de “por si acaso me atrevo a ir así algún día”. Al final, sólo lo utilizaba una o dos veces para hacerme fotos.

Con el tiempo, me percaté de que había acumulado ropa y accesorios con los que ya no me sentía identificada (y que estaban ya bastante pasados de moda, también hay que decirlo).

Lo mismo me había ocurrido con el maquillaje. Muchos de las sombras de ojos y pintalabios que compraba sólo las utilizaba para disfraces o para hacerme maquillajes de fantasía y hacerme fotos en casa.

Tenía pintalabios de todos los colores: azul, verde, plateado, dorado, rosa, fucsia, marrón, rojo, granate… 

Claro, a la hora de salir, tendía a utilizar los mismos productos de maquillaje, los mismos tonos… por lo que apenas daba uso a todas esas paletas o esos labiales, salvo para fotografía o carnavales.  

2. Fatiga de decisión

Cuando compraba la ropa, sólo pensaba en qué me gustase la prenda que estaba comprando.

No pensaba, casi nunca, en cómo podría combinarlo, ni en qué ocasiones o eventos podría utilizarlo.

No estaba prestando atención a la ropa de diario y siempre me agobiaba decidir que iba a ponerme, porque no encontraba nada “útil” para el día a día.

Al final, acababa llevando los mismos conjuntos al instituto y la universidad, dando muy poco uso a esa ropa de fiesta (porque luego tampoco me la ponía mucho). 

3. Culpabilidad

El tener ropa y maquillaje que apenas me ponía me generaba un sentimiento de “culpabilidad” por haber elegido mal y no haber comprado otra cosa en su lugar.

¿Por qué compré este top de lentejuelas si no es útil para verano pero me congelaría si lo usase en invierno?

¿Por qué no he comprado mejor ropa de diario que me hace más falta? 

4. Miedo a desprenderme de objetos

A todo esto se une el sentimiento de apego por prendas, accesorios, maquillaje, papeles, apuntes, folletos… porque me recuerdan a una época concreta de mi vida y desprenderme de ellos sería como “olvidarla”.

¿Cómo adopté un estilo de vida minimalista?

Honestamente, no me he desprendido nunca totalmente de mis pertenencias ni tampoco tiré “ipso facto” todo lo que tenía.

Lo que hice al principio para adoptar un estilo de vida minimalista fue guardar en cajas las prendas que no me gustaban, no me ponía o no me venían y las llevé al garaje. Sí, no lo vendí ni tiré en ese momento. También fui gastando lo que tenía y reponiendo sólo los productos necesarios.

Pero no sólo se limitó a un cambio de hábitos de consumo, sino también de gestión emocional. Me obligué a cambiar viejos patrones mentales y reconocer miedos e inseguridades que se estaban reflejando en objetos materiales.

  1. Guardar en cajas las prendas que no me gustaban, no me ponía o no me venían. Llevé esas cajas al garaje. Sí, no lo vendí ni tiré en ese momento. Luego os explicaré las ventajas de este estilo de vida minimalista más «descafeinado» ;).
  2. Adoptar un estilo más sencillo para diario. Crear tres o cuatro conjuntos fijos para el día a día.
  3. Ir gastando el maquillaje hasta que caducase y reponer sólo el necesario, eligiendo productos de buena calidad.
  4. No compré accesorios (collares, pulseras, bolsos…) por un tiempo.
  5. Escanear los apuntes de la carrera que no tuviese ya en PDF y guardarlos en PDF. Me desprendí de mis apuntes en papel que ocupaban dos o tres baldas de la estantería. 
  6. Asumir que los recuerdos van conmigo y que tengo fotos y videos para recordarlos.
  7. Obligarme a eliminar pensamientos y creencias limitantes.
  8. Eliminar la mentalidad de “usar y tirar”. Tratar de arreglar, dentro de lo posible, lo que está roto, así como darle otro uso.  

Ventajas de un estilo de vida minimalista

Ser minimalista me ha hecho una persona mucho más organizada, tanto a nivel físico como mental.

El minimalismo reduce el ruido visual del espacio en el que vives, lo que trae más tranquilidad, más paz mental. Todo es más tranquilo, menos acelerado. Sabes dónde están las cosas a simple vista, todo tiene un lugar en casa y sobra espacio de almacenaje, por lo que no hay nada apelotonado en el armario, ni en el fondo del cajón entre miles de cosas…

Sabes lo que tienes, sabes lo que buscas y te quedas siempre con lo que «te hace más feliz».

Además, se reducen esos «picos de dopamina» que generan las compras compulsivas… el «quiero esto ya», el «lo necesito»

Te desprendes de esa adicción a la breve felicidad que da comprar algo nuevo.

Sobre todo, me ha hecho ser mucho más detallista, a valorar los matices… no sólo de los objetos, sino también de las ideas, de los pensamientos, de los hechos, de los momentos… Me ha hecho ser mucho más analítica, algo que se ha reflejado en mis estudios, en mi trabajo y en mi tiempo libre.

La pasión por la cosmética natural y la Clean Beauty parte mucho de esta época. Ya no quería acumular cosmética y maquillaje barato en mi baño, sino que prefería analizar qué es lo que más usaba y comprar productos más «saludables» y de mejor calidad.

¿Y las desventajas?

Peeeero… sí que he encontrado desventajas en el estilo de vida minimalista.

Sé que muchos hablan de las ventajas del minimalismo, pero apenas he escuchado o leído artículos sobre las desventajas del minimalismo.

Quizá lo que yo he considerado desventajas, no sean desventajas intrínsecas a este estilo de vida, pero sí al menos pequeños «errores» en los que se puede caer fácilmente si seguimos modas y tendencias minimalistas sin pararnos a pensar.

En el siguiente artículo hablo de las desventajas de llevar un estilo de vida minimalista.

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